#567 Perdidos en el espacio
January 13, 2021Estimado Dr. Craig
Estoy teniendo dificultades para convencerme a mí mismo de creer realmente en el cristianismo. He creído en el pasado con la intensidad de un fanático, pero últimamente miro a las estrellas y descubro que no puedo creer verdaderamente en Cristo como Dios. Creo en Dios, y creo racionalmente que este Dios es uno, pero no puedo creer que Dios realmente pueda preocuparse por nosotros de la siguiente manera, que Él colgaría los cielos sobre nuestras cabezas y nos negaría que los alcancemos. La tierra es una partícula en esta galaxia que no es más que una partícula en el vacío, un vacío que nunca podremos alcanzar o explorar. Ciertamente no estamos solos en el universo. ¿Cómo puedo creer, no en un Dios personal, sino en un Dios que está enfocado en la humanidad? Se siente como si todo estuviera en un flujo y como si yo solo estuviera cabalgando las corrientes de la sociedad la cual se encuentra en un terreno subjetivo. Todo en esta era moderna es subjetivo, y si la humanidad no está sola en el universo, entonces todo lo que somos también es subjetivo. Si eso tiene sentido. Yo era realmente feliz cuando creía y en verdad quiero creer. Creer en alguna “deidad” vaga no me ayuda. Busco a Cristo, pero me alejo. ¿Qué debo de hacer Dr. Craig? Usted es mucho más inteligente que yo. Sus pensamientos sobre esto podrían ayudarme mucho.
Mi más profundo agradecimiento
Tom – Estados Unidos
United States
Respuesta de Dr. Craig
R
Tom, resueno con cómo te sientes. Cuando miro fotografías que nos revelan la incomprensible inmensidad del universo y nuestra pequeñez virtualmente infinitesimal en comparación, me siento casi abrumado por nuestra absoluta insignificancia. Me sobreviene una especie de vértigo, con la consiguiente pérdida de confianza en el significado humano.
Pero está claro que esta reacción a nuestro tamaño físico en relación con el cosmos es puramente emocional. Racionalmente una de las implicaciones del estudio del ajuste fino del universo para agentes conscientes encarnados como nosotros es que el universo debe ser tan antiguo como lo es para que nosotros podamos haber evolucionado. Porque los elementos pesados como el carbono que componen nuestros cuerpos necesitan ser forjados en el interior de las estrellas y luego distribuidos por todo el cosmos mediante explosiones supernovas para formar planetas donde puedan llegar a existir formas de vida basadas en el carbono. Pero ahora piensa: si el universo debe ser tan antiguo como lo es, entonces, dado que se ha expandido constantemente desde sus inicios en el Big Bang, también debe ser tan grande como lo es. Por lo tanto, lejos de socavar el significado de la vida humana, ¡el enorme tamaño del cosmos es en realidad una función de la vida humana! ¡Increíble! El tamaño mismo del cosmos que nos empequeñece es en realidad testimonio del cuidado del Creador por nosotros, para afinar un universo adecuado para nuestra existencia.
Además, tal vez no estemos solos en el cosmos. Que estemos, de hecho, solos en el universo puede ser la conclusión casi inevitable en el naturalismo, pero en el teísmo, que está implícito en el origen y ajuste fino del universo, no es en absoluto improbable que el Creador haya creado agentes encarnados, conscientes a través del cosmos. Si ellos también han caído en pecado, entonces Dios tendrá un plan para su salvación; quién sabe, ¡quizás incluso múltiples encarnaciones del Cristo cósmico! Si la segunda persona de la Trinidad puede asumir una naturaleza humana además de su naturaleza divina, ¿por qué no también naturalezas múltiples? Las enormes y quizás infranqueables distancias que separan las formas de vida inteligentes pueden ser en realidad una manifestación de la misericordia de Dios. El récord del homo sapiens en este planeta es bastante pésimo. Puede ser realmente bueno que las formas de vida extraterrestres se encuentren aisladas de manera segura del homo sapiens mientras nos aventuramos al espacio, para que no se extienda el contagio de nuestra violencia y maldad.
Tales consideraciones morales apuntan a un punto adicional: el valor moral de una cosa no se mide por su tamaño físico. Recuerdo que el gran filósofo Frederick Copleston comentó una vez que una sola persona humana vale más que todo el universo físico junto. Eso es evidentemente cierto: un agente moral como una persona humana tiene un valor moral intrínseco, mientras que la mera materia y radiación, sin importar la cantidad que exista, es moralmente neutra, no tiene valor intrínseco. Solo este punto cambia todo. Una pequeña niña o un pequeño niño superan el cosmos en términos de valor moral. Entonces, ¿por qué no debería preocuparse Dios? ¿Qué importa el tamaño?
Además ¿por qué no aprovechar la grandeza del cosmos para redundar en la majestad y grandeza del Dios que lo creó? Pienso en Dios como un artista cósmico que salpica de manera extravagante su lienzo con colores y formas que pueden no tener un propósito práctico, pero son estéticamente hermosos. Él no está jugando con nosotros "colgando los cielos sobre nuestras cabezas y negándonos que los alcancemos” No, ¡está montando un espectáculo! Y a medida que la humanidad explora los misterios del cosmos, llegamos a ver cada vez más la belleza y la grandeza de la mente que lo creó. No es necesario que seamos capaces de realizar viajes espaciales intergalácticos para estudiar científicamente las profundidades del cosmos y aprender sus leyes y maravillas. ¿No te alegra que todo esto esté ahí para que lo investiguemos? ¡Yo sí!
Así que no veo cómo el enorme tamaño del cosmos hace algo racionalmente para quebrantar la creencia en la encarnación. La Escritura siempre ha enfatizado el enorme acto de complacencia o condescendencia que fue esto por parte de Cristo “quien, aunque tenía la forma de Dios, no consideró la igualdad con Dios como algo a lo que aferrarse, sino que se despojó de sí mismo, tomando la forma de un siervo, hecho semejante a los hombres. Y habiéndose encontrado en una forma humana, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, incluso muerte en una cruz.” (Filipenses 2.6-8). Ese punto solamente se ve enfatizado aún más en lo que hemos hablado.
Tus reflexiones finales, Tom, sobre la subjetividad de la sociedad moderna son aún más irrelevantes. Está pensando como un naturalista, no como un teísta, que tiene una base objetiva para lo que creemos. Creo que necesitas liberarte de la forma no racional y emocional en la que estás reaccionando al tamaño del cosmos y pensar racionalmente al respecto. Quizás necesites revisar la evidencia de Jesús y su resurrección. Entonces, el tamaño del cosmos puede guiarte a alabar y a adorar a Dios y a Cristo.
- William Lane Craig