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#253 La Teoría Evolutiva y el Deísmo

July 18, 2012
P

Estimado Dr. Craig,

Quiero empezar dándole las gracias por lo que usted ha hecho por el cristianismo y por Jesús, tanto en sus obras escritas como a través de toda su carrera.

Sin embargo, todavía tengo dos preguntas relacionadas a la naturaleza de la evolución y al papel que Dios desempeña.

Pregunta # 1: Stephen Meyer quien es un erudito norteamericano, filósofo de biología y defensor del diseño inteligente dice, “La evolución es un proceso sin propósito y no guiado que nadie ni siquiera Dios puede guiar un proceso no guiado o darle propósito a un proceso que carezca de propósito.” Él también dijo que la evolución teísta es un oxímoron. Aun así él no está solo. Hay una tendencia de pensar de esta manera entre muchos de los biólogos en los Estados Unidos. Una encuesta del 2009 conducida por Pew Research Center encontró que el “87%” de los científicos dicen que la evolución se debe a procesos naturales, tales como cambio en la genética de la selección natural y la mutación al azar. Por lo tanto, ¿realmente molesta eso a su teísmo?

Pregunta # 2: Si usted acepta la evolución, ¿En qué punto los humanos se convirtieron en humano? ¿Intervino Dios en ese punto de la historia si él decidió que esa criatura era especial? Como en la evolucion una especie siempre es igual a su pariente, no hay ningun momento en la historia de una especie donde usted puede decir “esa es una especie nueva.” ¿Por qué Dios favoreció una criatura en lugar del similar
Homo sapiens heidelbergensis,
Homo sapiens neanderthalensis,
Homo floresiensis,
Homo habilis,
Homo georgicus,
Homo erectus,
Homo ergaster,
Homo antecessor etc.

¿También molesta eso a su teísmo?

Andrew

United Kingdom

Respuesta de Dr. Craig


R

No, Andrew, me parece que ninguno de esos puntos es molestia para el teísmo.

Pregunta# 1) No estoy de acuerdo con el enunciado de Steve Meyer porque los términos “no guiado” y “sin propósito” no se están utilizando de una manera unívoca por el teísta y el biólogo evolutivo. Si lo estuvieran, entonces la teoría de la evolución sería enormemente presuntuosa, ya que la ciencia no se encuentra en una posición de decir con alguna justificación de que no hay ninguna dirección u objetivo con intención divina del proceso evolutivo. ¿Cómo podría alguien decir sobre la base de evidencia científica que el esquema completo no fue establecido por un Dios providente para llegar a los homo sapiens en el planeta Tierra? ¿Cómo podría saber un científico que Dios no intervino de manera sobrenatural para causar las mutaciones cruciales que llevaron a las importantes transiciones evolutivas, por ejemplo, la transición de reptil a ave? De hecho, dado el conocimiento (divino) medio, esas intervenciones sobrenaturalesni siquiera son necesarias, ya que Dios pudo haber sabido que si ciertas condiciones iniciales estuviesen en lugar, entonces dadas las leyes de la naturaleza, ciertas formas de vida evolucionarían por medio de mutación al azar y selección natural y de esa manera Él puso en lugar esas leyes y condiciones iniciales. Obviamente, la ciencia no está en ninguna posición para decir de manera justificada que el proceso evolutivo no estuvo bajo la providencia de un Dios dotado de conocimiento medio que determinó crear las complejidades biológicas por ese medio. Por lo tanto, si el biólogo evolutivo estuviera usando palabras como “no guiada” y “sin propósito” en el sentido que el teísta está usando esas palabras, la teoría evolutiva sería filosofía y no ciencia (que es precisamente lo que alegan algunos teístas).

Sin embargo, el biólogo evolutivo no está usando esas palabras en el mismo sentido que el teísta. Este hecho, no reconocido ni por los críticos de la evolución teísta ni por los apologéticos a favor de la evolución naturalista, se hizo algo claro para mí en el transcurso de mi preparación para el debate con Francisco Ayala sobre la validez del Diseño Inteligente en la biología. Según Ayala, cuando el biólogo teísta dice que las mutaciones que llevan al desarrollo evolutivo son aleatorias, el significado de la palabra “aleatorio o al azar” no está “ocurriendo por casualidad.” Por el contrario, ella significa “independiente de su utilidad al organismo.”

¡Ahora bien, eso es enormemente significativo! El científico no está haciendo, a pesar de la impresión por los divulgadores de ambos lados de la línea, la presuntuosa afirmación filosófica de que las mutaciones biológicas ocurren por casualidad y que de ese modo el proceso evolutivo no es guiado y es sin propósito. Más bien, él quiere decir que las mutaciones no suceden para el beneficio del organismo anfitrión. Si tomamos la palabra “aleatoriedad” para querer decir “independiente de su utilidad al organismo,” entonces al alzar no es incompatible con guía o propósito. Por ejemplo, supongamos que Dios en Su providencia causa que ocurra una mutación en un organismo, no para beneficio del organismo, sino para alguna otra razón (digamos, porque va a producir una presa fácil para otros organismos que Él quiere que florezca o incluso porque este tarde o temprano va a producir un fósil que algún día voy a encontrar, que estimula mi interés en paleontología, con el propósito de que yo me embarque en la carrera que Dios tenía en mente para mí).

A diferencia, cuando un teórico del Diseño Inteligente como Michael Behe usa la frase “al azar,” él quiere decir “no orientada a ningún propósito.” Él dice, “si ‘al azar’ se define como ‘no orientada a ningún propósito,’ entonces creo que las ambigüedades desaparecen y claramente no entran en conflicto con el diseño inteligente” (comunicación personal). ¡Correcto! Pero eso no es el sentido en el cual los biólogos evolutivos (por lo menos cuando están siendo cuidadosos en vez de descuidados) están utilizando la palabra. Meyer y Behe tienen razón de que no solo el teísta sino los científicos en general deberían corregir a los naturalistas que afirman, sobre la supuesta autoridad de la ciencia, que el proceso evolutivo no está “orientado a ningún propósito,” pero esa corrección es relevante, no a la teoría evolutiva, sino a la filosofía del naturalismo que trata de cargar con ciencia legítima. 

En cuanto a la encuesta hecha por Pew, pienso que usted ahora puede ver por qué es algo irrelevante al teísmo el que “la evolución se debe a procesos naturales, tales como cambio en la genética de la selección natural y la mutación al azar.” ¡Por supuesto, que sí! El enunciado como usted lo da ni siquiera dice que se deba solamente a esos factores. Muchos biólogos evolutivos piensan que algunos factores adiciones no genéticos también juegan un papel. De hecho, estoy sorprendido de que solo 87% de los científicos piensan que la evolución se debe a los tres factores que usted menciona.

En un reporte reciente del National Center for Science Education (Centro Nacional para la Educación de la Ciencia), el cual se auto-promueve como, “la institución principal dedicada a preservar la evolución en la sala de clase de ciencia y a mantener el creacionismo afuera,” Daryl Domning escribe,

En verdad, muchos (y tal vez la mayoría) de los evolucionistas son teístas de algun tipo u otro. Sus visiones se sostienen de una manera tan sincera y válida como las de los ateos y tienen tanto (quizás más) derecho de ser representativo del pensamiento evolutivo. Los ateos tienen todo derecho para creer que los teístas están equivocados de forma deplorable en no ver lo obsoleto de la religión después de Darwin, pero esa es su opinión filosófica, no una proposición infaliblemente probada de la ciencia o la lógica.

Eso pone una cara muy diferente al asunto, ¿verdad?

Sin importar los números, el punto permanece que el uso unívoco de las palabras ha engañado a muchas personas en pensar que la teoría evolutiva presenta algún tipo de desafío a la teleología y por ende al teísmo. Le digo, Andrew, que esto es solo uno más de esos casos que ilustra de una manera poderosa la importancia de hacer pensamientos filosóficos cuidadosos acerca de la ciencia. (Véase mi “Naturalism and Intelligent Design” (Naturalismo y Diseño Inteligente) en el libro Intelligent Design (Diseño Inteligente), ed. Robert Stewart [Minneapolis: Fortress Press, 2007] páginas 58-71).

Pregunta # 2) Como un dualista antropológico que piensa que los seres humanos están compuestos por cuerpo/alma, creo que un animal homínido, aún lo más avanzado que fuera, el cual carece de un alma humana no es un ser humano. De modo que realmente no importa de que si hay o no una línea biológicamente divisora bien marcada entre los homínidos pre-humanos y los seres humanos. En cualquier caso, los antropólogos, a mi conocimiento, no han podido llegar a ningún tipo de consenso sobre el árbol de ancestro humano, de modo que todos los homínidos que usted menciona podrían simplemente ser “callejones sin salida” sobre el árbol de la evolución de primate, la cual nunca llegó hasta el hombre. ¿Fueron los Neanderthals verdaderamente humanos? ¡Solo Dios lo sabe! No necesito saber exactamente cuando surgieron los humanos en el proceso evolutivo para sostener que en la providencia de Dios un ser humano Dios primero llegó al escenario. Así que mientras su pregunta plantea un rompecabezas interesante, no veo que un teísta necesita poder responderla para que el teísmo sea racional de sostener. De hecho, la existencia de un organismo biológico tan improbable como el hombre tal vez sea en sí evidencia de que el proceso evolutivo, si este llevó hasta los seres humanos, está bajo la supervisión de un Diseñador providente.

- William Lane Craig