#622 Algunas objeciones de Ayn Rand
April 23, 2019Hola Dr. Craig. ¡En primer lugar, quiero decir que estoy esperando con bastante anticipación su charla aquí en mi escuela en mayo! He estado estudiando la filosofía de Ayn Rand, en particular, su ateísmo. Desafortunadamente, no he podido encontrar respuestas apologéticas para sus obras y sus objeciones al cristianismo. Sí me he encontrado con dos objeciones que los filósofos objetivistas dan, las cuales parecen defectuosas, pero tengo problemas entendiéndolas: (1) en una de las novelas de Rands, ella dice que si ella fuera cristiana, ella estaría indignada de que el hombre perfecto (Cristo) se sacrifique por [seres] humanos inferiores. Ella piensa que sacrificarse por seres inferiores es la raíz de todo mal (altruismo); (2) uno de sus amigos y discípulos de toda la vida, Leonard Peikoff, ha objetado diciendo que una prueba de Dios sería fatal para él, ya que inevitablemente limitaría a Dios; (3) ella afirma que Adán y Eva fueron castigados por ejercer las mayores virtudes: la razón y el interés propio.
¿Cómo deberíamos responder a estas objeciones de los filósofos objetivistas?
Amos
United Kingdom
Respuesta de Dr. Craig
R
Estamos esperando con tantas ansias viajar a las Escuelas Inglesas del 16 al 25 de mayo, que nos llevará a Wellington, Harrow, Eton, Bedales y Winchester, culminando en la Universidad de Oxford. ¡Por favor ven donde mí y preséntate personalmente cuando estemos en tu escuela, Amos!
Ayn Rand no es una filósofa que atrae mucha atención entre los filósofos profesionales, a pesar de tener una especie de culto que le sigue en la cultura popular. Yo mismo no me he molestado en estudiarla y, por lo tanto, responderé simplemente a sus objeciones conforme a cómo tú las has planteado.
1. Indignación de que el hombre perfecto (Cristo) se sacrifique por [seres] humanos inferiores. ¿Qué tiene de malo el altruismo? ¿Por qué uno no se puede sacrificar por una persona inferior? ¿Hay algún argumento aquí, o es simplemente una engreída indignación? El único argumento que me puedo imaginar aquí (aparte de la creencia del ateo de que deberíamos poner nuestro propio interés por encima de todas las demás cosas/personas y, por lo tanto, no sacrificarnos incluso por un hombre que sea más digno que nosotros mismos) sería que si la vida de alguien ha de sacrificarse, debería ser la persona menos digna quien se debe eliminar en lugar de alguien que tenga un mayor valor. De otra manera, uno está desistiendo de un bien mayor por un bien menor, lo cual no es correcto. Incluso si decimos que todos los hombres son iguales en valor, en virtud de ser creados a la imagen y semejanza de Dios, incluso así Cristo, como Dios, es de mayor valor que las personas [humanas]. Por lo tanto, él no debería dar su vida por los demás.
Ahora bien, eso plantea toda clase de preguntas, pero para solo mencionar un punto: Cristo no deja de existir cuando muere en la cruz. Rand está asumiendo un punto de vista naturalista y presuponiendo que la muerte marca el fin de la existencia humana. Según su punto, el final de la vida de un hombre bueno es, por lo tanto, el fin de todo el valor que él tenga. Pero desde una perspectiva cristiana, Cristo existe después de la muerte de su cuerpo mortal y, además, resucita de entre los muertos a la vida eterna. Por lo tanto, el bien de su vida no se pierde, sino que persevera. Además, al dar su vida por los demás, Cristo logra la redención de las personas para que ellas también puedan llegar a conocer el inconmensurable bien de tener una relación con Dios y de la vida eterna con él. Entonces al dar su vida por los demás, Cristo logra una gran ganancia en bondad.
2. Una prueba de Dios sería fatal, ya que inevitablemente limitaría a Dios. ¿Cómo? ¿Cómo el hecho de tener un argumento a favor de Dios de una realidad independiente, por ejemplo, las cebras, podría de alguna manera limitar las cebras? Ellas existen y son lo que son totalmente independientes de si tengo alguna evidencia de su existencia. Así es con Dios. Uno podría decir que una prueba de las cebras limitaría las cebras en el sentido de que llego a saber algo de su naturaleza, por ejemplo, que son animales equinos y no una cordillera o una banda de música pop. Pero ese sentido de limitarlas no pone límites a las cebras en sí, sino simplemente en mi concepción de ellas: eso sirve para hacer que mi concepción sea más precisa, que esté más de acuerdo con la manera en que realmente es el mundo. ¡Eso es bueno! De manera similar, queremos saber si existe un Creador del universo que sea metafísicamente necesario, incausado, eterno, moralmente perfecto, y tener evidencias de ese hecho será una gran bendición para nosotros.
Tengo la fuerte sospecha de que la verdadera razón que Peikoff pensó de que una prueba de Dios sería fatal es porque lo limitaría a él (es decir a Peikoff). Una vez tenemos una buena razón para pensar que Dios existe, entonces nos damos cuenta que no somos nosotros quienes estamos en el trono, como pensaría Ayn Rand, sino Dios.
3. Adán y Eva fueron castigados por ejercer las más grandes virtudes: la razón y el interés propio. Eso simple y llanamente es una mala interpretación del relato de la caída de Adán y Eva en Génesis 3. Ellos fueron castigados por desobedecer al mandato de Dios. Dios le había prohibido de comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Ellos lo comieron de todos modos. Así que se rebelaron contra su Creador y legislador y, por eso, se merecían el castigo. Por supuesto, podríamos preguntarnos qué hay de malo en el conocimiento del bien y el mal para que Dios lo prohibiera. Desafortunadamente, Génesis no define lo que significa "el conocimiento del bien y el mal", lo que ha conllevado a un extenso debate entre los comentaristas bíblicos. Creo que un indicio se puede encontrar en el concepto hebreo de “conocer” como algo inherentemente experiencial. Por ejemplo, podemos ver que la expresión "Adán conoció a Eva, su esposa" es un modismo que significa tener relaciones sexuales. Así que probablemente no estamos hablando aquí solo de un conocimiento intelectual del bien y del mal, sino de un conocimiento experiencial. Experimentar el mal es un estado mal de cosas y, en última instancia, es autodestructivo. Dios no quiere que tengamos ese tipo de conocimiento y por eso proscribe el fruto del árbol que simboliza tal conocimiento. En cualquier caso, dado que los mandatos de Dios constituyen nuestros deberes morales, incluso si Dios hubiera emitido un mandato arbitrario como "No den un paso fuera del Jardín del Edén", cruzar esa línea establecería una desobediencia y, por lo tanto, sería pecado.
- William Lane Craig