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¿Debería Pedro buscarse un nuevo asesor filosófico?

Summary

Este artículo responde a la crítica de William Hasker de mi artículo titulado "¿El equilibrio entre los que se salvan y los que se pierden depende de nuestra obediencia a la Gran Comisión de Cristo?" Yo argumento que aunque Hasker tiene éxito en traer a la luz un error en mi argumento, ello no prueba ser fatal. Por lo contrario, la refutación de Hasker interpreta erróneamente ciertos contrafácticos o contrafactuales claves, los cuales no resultan siendo contrafácticos de libertad de las criaturas que están bajo nuestro control. La objeción a la solución de conocimiento medio, por lo tanto, permanece victoriosa.

Originalmente publicado en inglés como “Should Peter Get a New Philosophical Advisor?”

https://www.reasonablefaith.org/writings/scholarly-writings/christian-particularism/should-peter-get-a-new-philosophical-advisor/   

En su artículo "Perils of Paul” [Los riesgos de Pablo],[1] William Hasker da a entender que Pedro, nuestro amigo imaginario, necesita buscar un nuevo asesor filosófico, debido a los pasos falsos o errores que comete Pablo en la lógica de los contrafácticos [contrafactuales]. Pero, ¿se ha equivocado Pablo en las maneras que alega Hasker?

Es importante que establezcamos el contexto aquí. La preocupación principal de Pedro es que la solución que ofrece Pablo al problema del exclusivismo cristiano (es decir, el hecho que parece incompatible con el amor y el poder de Dios de que algunas personas se podrían perder debido a un accidente de la historia y la geografía en cuanto sus nacimientos) podría implicar que la salvación o perdición de las personas sea el resultado del accidente de nuestra obediencia o desobediencia a la Gran Comisión.

Pablo responde expresando ciertas dudas sobre si tenemos el poder de actuar de una manera que si fuéramos a actuar así, el equilibrio entre los que salvan y los que no salvan habría sido mejor por actuar de esa manera. Es decir, él intenta socavar la objeción de Pedro cuestionando la suposición de que el mejoramiento del equilibrio salvífico depende de forma contra-fáctica de nuestras acciones.

¿Por qué Pablo duda de esa suposición? Pues, él dice, si existe tal cosa como un equilibrio óptimo,[2] la bondad de Dios lo llevaría a preferir, ceteris paribus, un mundo que exhiba ese equilibrio.[3] Entonces, si hubiera algún otro mundo viable para Dios que tuviera un mejor equilibrio entre los que se salvan y los que se pierden [literalmente: “entre los salvos y los perdidos”] que el que existe en el mundo real, Dios hubiera preferido ese mundo sobre el mundo real. Pero entonces ese mundo hubiera sido real en lugar del mundo en que vivimos. Dado que nuestro mundo es real, debe ser miembro de esa clase de mundos viables que exhiben un equilibrio óptimo entre los que se salva y los que se pierden.[4] Entonces, Pablo, concluye que el contra-fáctico,

 

  1. Si fuéramos más obedientes a la Gran Comisión, el equilibrio entre los que se salvan y los que se pierden  no mejoraría

es verdadero.

Hasker argumenta que Pablo está equivocado en eso. Hasker no sólo piensa que el razonamiento de Pablo es confuso, sino que también piensa que de las propias suposiciones de Pablo se deduce claramente que

A¢. Si fuéramos más obedientes a la Gran Comisión, el equilibrio entre los que se salvan y los que se pierden mejoraría

es verdadero.

¿Por qué Hasker piensa que el razonamiento de Pablo es confuso? Aunque él no es tan claro como se podría desear,[5] creo que el punto fundamental de Hasker se puede expresar de la siguiente manera:

Lógicamente antes de su divino decreto de crear, Dios se encontró confrontado con una clase de contra-fácticos de libertad de las criaturas que podríamos (tomando prestado la terminología de Thomas Flint) llamar “criatura de tipo mundo”. A diferencia de los contra-fácticos de la libertad divina, estos contra-fácticos de libertad de las criaturas están fuera del control de Dios y, por lo tanto, determinan para Él una galaxia de mundos viables. Los mundos que constituyen galaxias determinadas por otros tipos de mundo no se pueden materializar o realizar por Dios y, por lo tanto, no son viables para Él. Dada la bondad de Dios, Él prefiere, ceteris paribus, mundos en los que todas las personas creadas vengan libremente a la salvación. Desafortunadamente, dado el tipo de mundo de las criaturas que es verdadero, tales mundos no son viables para Dios. Así que Dios debe escoger entre los mundos en la galaxia de mundos viables para Él. Aquí Él preferirá los mundos que exhiban un equilibrio óptimo entre los que se salvan y los que se pierden, y escoja uno de estos para que sea real. Por lo tanto, el mundo real sí tiene un equilibrio salvífico óptimo dentro de la galaxia de mundos viables. No importa que haya mundos posibles que exhiban un mejor equilibrio: tales mundos son inviables para Dios, por eso Él no se puede tener como responsable por no escoger uno de esos mundos para que sea real. No podemos hacer que la galaxia determinada por el verdadero tipo de mundo de las criaturas debería incluir mundos que tengan un mejor equilibrio que la clase de mundos óptimamente equilibrados. Esto es sólo un punto de lógica, ya que si fuéramos a actuar de manera diferente en las mismas circunstancias, un tipo de mundo diferente sería verdadero y, por lo tanto, Dios se confrontaría una galaxia diferente. Este es el elemento de verdad en el razonamiento de Pablo.

Pero la confusión de Pablo se manifiesta cuando reflexionamos de que los tipos de mundo son relativos a las personas. El tipo de mundo de las criaturas es el tipo de mundo para Dios, que no contiene contra-fácticos de la libertad divina, ya que Él tiene control sobre ellos. El tipo de mundo para Pedro, análogamente, no incluye contra-fácticos acerca de sus propias decisiones libres, ya que él tiene control sobre ellas. A diferencia de Dios, Pedro tiene el poder de actuar de tal manera que un tipo diferente de mundo de las criaturas hubiera sido verdadero. Específicamente, Pedro podría actuar de tal manera que sería más obediente a la Gran Comisión de lo que realmente es. Si lo hiciera, Dios se encontraría confrontado con un tipo de mundo de las criaturas diferente y, por lo tanto, tuviera una galaxia de mundos diferente para escoger. En esa galaxia de mundos, el equilibrio óptimo podría ser mejor que en la galaxia con la que Dios se enfrenta en la actualidad. Por lo tanto, Pedro podría tener el poder de actuar de tal manera que si él fuera a actuar de esa manera,  el equilibrio salvífico mejoraría.

Hasker tiene razón: Pablo está confundido. Él hizo la inferencia muy apresurada partiendo del hecho de que el mundo real tiene un equilibrio salvífico óptimo entre los mundos viables para Dios que (A¢) no podría ser cierto. Aunque (A¢) no es estrictamente un contra-fáctico de libertad de las criaturas, siendo de forma incorrecta,[6] y, por eso, no es técnicamente parte del verdadero tipo de mundo de las criaturas, aún si es verdadero, es lógicamente anterior al decreto divino y, por lo tanto, es parte de lo que podríamos llamar un tipo de mundo de las criaturas "amplio" [thick] y es verdadero en todos los mundos en la galaxia determinada por ese tipo.[7] Por lo tanto, Pablo pensaba que Dios podría haber hecho una materialización o realización débil del estado de cosas que se describe en el consecuente al materializar las circunstancias relevantes implicadas en el antecedente, circunstancias bajo las cuales el antecedente sería verdadero. Pero en ese caso, habría mundos viables para Dios en los que existe un mejor equilibrio salvífico que en el mundo real, lo cual contradice la hipótesis de que el mundo real exhibe dicho equilibrio.

Pero, en efecto, Hasker mantiene abierta la posibilidad de que Dios no pueda materializar el estado de cosas descrito en el antecedente. No importa en cuáles circunstancias Él nos haya creado, no podríamos haber sido más obedientes a la Gran Comisión. Como Pablo está dispuesto a considerar escenarios que no impliquen que nosotros seamos [agentes] intermediarios para alcanzar a los perdidos, Hasker debe decir que no hay un mundo viable para Dios en el que alguna persona sea más obediente a la Gran Comisión de lo que realmente lo somos. Esto puede parecer improbable, pero es posible. Por lo tanto, Pablo no debería haber llegado a la conclusión de que está dentro del poder de Dios materializar de manera débil el antecedente de (A¢) y así materializar su consecuente de manera débil. Por lo tanto, (A¢) podría ser verdadero aunque el mundo real tenga un equilibrio salvífico óptimo dentro de nuestra galaxia.

Aún así, lo que Pablo dijo fue que dudaba que tuviéramos el poder de mejorar el equilibrio salvífico, y que tal duda parece racional. No sabemos si otros tipos de mundo de las criaturas disponibles a nosotros son los que determinan las galaxias que exhiben un mejor equilibrio óptimo que el que exhibe nuestra galaxia. Eso es suficiente para socavar, si no refutar, la objeción de Pedro.

Pero Hasker sostiene que, según las suposiciones de Pablo, se deduce claramente que (A¢) es verdadero. Hasker enumera las siguientes suposiciones:

1. Cristo ha dado una Gran Comisión a sus seguidores. 


2. Dios ha hecho, en épocas y lugares alcanzados por el Evangelio, que haya una gran cantidad de personas que aceptarían la salvación a través de Cristo, si se les ofreciera. 


3. Dios ha hecho que, en épocas y lugares no alcanzados por el Evangelio, los habitantes sean personas que se pierden en el mundo y que no aceptarían el Evangelio aunque se les haya predicado.

Partiendo de estas suposiciones, dice Hasker, "claramente se deduce" que:

 

4. Mientras más obedientes sean los cristianos a la Gran Comisión, más personas habrá que se salvarán y menos que se perderán.

Ahora claramente (4) no se deduce de (1)-(3). Es compatible con (1)-(3) de que debería llegar un tiempo en el cual, no importa cuán devotos sean nuestras actividades evangelísticas, no importa cuán fervientes sean nuestras exhortaciones, no se ganarían más conversos por tener una mayor obediencia a la Gran Comisión de Cristo. Pero eso es incompatible con (4). Por lo tanto, (4) podría ser falsa y (1) - (3) verdaderas.

Quizás podríamos evitar este problema modificando la suposición (2) a algo como

2¢. Dios hará que, a medida que nuevos lugares sean alcanzados con el Evangelio, habrá personas que acepten la salvación por medio de Cristo.

que se podría considerar que representa de manera justa la posición de Pablo. Pero aun enmendadas de esa manera, esas suposiciones no implican (4), ya que se podría inferir con igual justificación que

5. mientras más obedientes sean los cristianos a la Gran Comisión, más distribuidos geográficamente estarán los que salvan.

Pablo parece inferir algo similar a (5), por lo que Pedro sugirió que todos deberíamos irse a las Bahamas, confiando en que Dios concentraría a todos los que se salvarían en ese lugar. Por lo tanto, Hasker no ha podido demostrar que (A¢) se deduce de las suposiciones de Pablo.

Parece que Hasker no ha apreciado lo suficiente que los contra-fácticos como (A) y (A¢) están simplemente tan lejos del control de Pedro y de sus compañeros creyentes como lo están de Dios. Él parece pensar que debido a que Pedro y sus compañeros creyentes pueden lograr ser más obedientes a la Gran Comisión, al hacerlo ellos pueden lograr un equilibrio más favorable de los que se salvan y los que se pierden. El hecho de que esto no se deduce se puede aclarar haciendo explícitos los diferentes agentes involucrados, como en:

A*. Si fuéramos más obedientes a la Gran Comisión, proporcionalmente más personas habrían aceptado la salvación libremente y menos la habrían rechazado libremente.

(A*), si es verdadera, es parte del tipo de mundo amplio [thick] para Dios y, por lo tanto, está más allá de Su control. De igual manera, aunque Pedro y sus compañeros creyentes podrían producir la verdad del antecedente de (A*), si la suposición (A*) es verdadera dependerá de la respuesta libre de las personas alcanzadas con el Evangelio. Por lo tanto, la proposición expresada por (A*) también está fuera del control de Pedro, ya que resume las proposiciones de la forma:

A**. Si S estuviera en la circunstancia C (C incluyendo ser evangelizado por más cristianos obedientes), S aceptaría libremente la salvación en lugar de rechazarla.

Las proposiciones de la forma de (A**) son contra-fácticos de la libertad de la criaturas que son pre-volitivas para Pedro y, por lo tanto, son parte del tipo de mundo para Pedro y está más allá de su control. Pedro puede hacer que suceda la circunstancia C de compartir el Evangelio con S, pero la respuesta libre de S está simplemente tan fuera del control de Pedro como lo está de Dios. Son las personas que se pierden las que tienen el control sobre si (A**) es verdadero.

La conclusión parece ser que simplemente no sabemos si la premisa (A) o (A¢) es verdadera, si es que alguna de ellas se verdadera.[8] Eso es suficiente para socavar la objeción de que la solución molinista de Pablo hace que la salvación de las personas dependa del accidente de nuestra obediencia a la Gran Comisión.

Aún así, en síntesis, uno simplemente puede estar de acuerdo con la conclusión de Hasker de que una vida devota no es una protección contra el razonamiento falaz. Pedro haría bien en tomar a William Hasker para forma parte de su equipo de asesores filosóficos, ya que uno encontrará que su consejo es inevitablemente estimulante y penetrante, incluso si, al final, no siempre sea convincente.[9]

 

[1] "Perils of Pablo” [Los riesgos de Pablo]: una respuesta a William Craig", esta revista.

[2] Hasker piensa en la propuesta de Pablo allí no puede dejar de haber un equilibrio óptimo de los que se salvan y los que se pierden en la galaxia de mundos viables. Pero cuando uno reflexiona de que un equilibrio óptimo implica tanto la tasa de salvados por perdidos, así como las cantidades absolutas, no se hace obvio. Quizás a medida que las cantidades aumenten, la tasa disminuye, sin máximos intrínsecos. En ese caso, un mundo óptimamente equilibrado sería como la quimera del mejor de todos los mundos posibles.

[3] Observe que Pablo trata los mundos que son incompatibles con la bondad de Dios como algo todavía es posible para Dios, incluso si son rechazados por Él. La manera que Thomas Flint enfoca este tema es diferente. Él pregunta:

<blockquote>

“¿Podría ser el caso de que, incluso dentro de la galaxia viable, haya ciertos mundos que Dios no puede materializar o hacer realidad, ya que, por ejemplo, hacerlo sería moralmente aborrecible? No lo creo. El Molinista insistirá en que, si un determinado mundo es tan atroz que hacerlo realidad sería inconsistente con la perfección moral de Dios, entonces el mundo en cuestión no es genuinamente posible y, por lo tanto, no es un miembro de la galaxia viable en primer lugar"(Thomas P. Flint, Divine Providence [Providencia Divina], Cornell Estudios en Filosofía de la Religión Ithaca, NY: Cornell University Press, 1998, p. 51).

</blockquote>

Pablo está presuponiendo una modalidad más estricta que Flint. Si adoptamos la perspectiva de Flint, entonces cada mundo viable para Dios tiene un equilibrio salvífico óptimo. De hecho, dada la bondad esencial de Dios, cualquier galaxia de mundos viables, independientemente de qué tipo de mundo de criaturas sea verdadero, está compuesta exclusivamente de mundos óptimamente equilibrados. Sin embargo, tal conclusión no afectaría materialmente el problema que tenemos ante nosotros, ya que Pablo reconoce que el equilibrio óptimo puede ser diferente de galaxia a galaxia, y el argumento de Hasker es que lo tenemos dentro de nuestro poder hacer que un tipo diferente de mundo de criaturas sea verdadero, de modo que una galaxia diferente sea viable para Dios.

Observe, también, la cláusula ceteris paribus de Pablo. Esta es una suposición enorme, de hecho, una suposición supuestamente falsa, ya que los mundos que tienen balances salvíficos podrían tener otras deficiencias primordiales que los hacen menos preferibles. Incluso si podemos actuar para lograr un mejor equilibrio salvífico, esos mundos en los que lo hacemos podrían ser menos preferibles.

[4] Por lo tanto, de ninguna manera Pablo está confundido, como alega Hasker, cuando afirma que en cualquier mundo sea real, ese mundo tiene un equilibrio óptimo entre los que se salvan y los que se pierden. La bondad esencial de Dios garantiza que solo los mundos que pertenecen a esa clase de mundos que exhiben un equilibrio óptimo en su galaxia son candidatos para ser materializados. Así que si el mundo de las Bahamas b fuera real, tendría un equilibrio óptimo entre los que se salvan y los que no se salvan.

[5] Véase, por ejemplo, Su comentario de que si fuéramos que actuar de una manera determinada “el mundo real sería parte de una galaxia diferente a la galaxia a la que una pertenece el mundo a.” Entender eso para decir que él no prevé viajes intergalácticos a través de mundos, sino más bien que hay otra galaxia más viable que ésta y, por lo tanto, otro mundo real que este. En la terminología de Flint, un mundo diferente elegido sería real y la pregunta es si ese mundo tiene un mejor equilibrio salvífico que este mundo. Además Hasker se equivoca al pensar que la razón por la que el mundo A no sería viable si el mundo B fuera real se debe a los contra-fácticos de la libertad que indican lo que Pedro y otros harían cuando se enfrentaran con el llamado al campo misionero tendrían diferentes valores de verdad. De hecho, precisamente los mismos contra-fácticos que los conciernen podrían ser verdaderos, ya que no es parte del escenario previsto que Pedro y sus compañeros creyentes se encuentren en las mismas circunstancias en B como en A. Hasker observa que está suponiendo que algunas personas en B rechazarán el llamado al campo misionero exactamente en las mismas circunstancias en las que realmente lo aceptan. Tal suposición es gratuita. Hasker reconoce que debido a que las circunstancias en B se vuelven cada vez más divergentes a aquellas en a, el valor de verdad de los contra-fácticos relacionados con las elecciones subsiguientes podría no tener valores de verdad diferentes. Sin embargo, no reconoce que debido a que C incluye toda la historia del mundo, en la primera diferencia entre B y a diferentes contra-fácticos inmediatamente entran en juego, de modo que no se requieren valores de verdad diferentes en B para las proposiciones sobre las elecciones que Pedro y otros como el hacen en a.

[6] Los contra-fácticos de libertad de las criaturas tienen la forma Si S estuviera en C, S haría libremente A, donde S es una criatura libre, C es un conjunto de circunstancias que incluyen la historia causal del mundo hasta el momento de la decisión de S, y A es alguna acción.

[7] En el caso de (A) y sus variantes, C incluirá varios dones de gracia divina y solicitudes del Espíritu Santo, pero ese hecho no hace que (A) o sus variantes sean solo post-volitivamente verdaderas, ya que C podría incluir cualquier circunstancia prevista, incluso circunstancias concernientes a las acciones de Dios; de hecho, tales verdades son cruciales para una doctrina molinista de la providencia y la predestinación.

[8] Dado que ni (A) ni (A ¢) son un contra-fáctico de la libertad de las criaturas, no hay garantía de que la Ley del Medio Condicional Excluido se cumpla. De hecho, dada la multiplicidad de situaciones que prevén, podría parecer intuitivamente cierto que:

<blockquote>

A***. Si fuéramos más obedientes a la Gran Comisión, el equilibrio entre los que se salvan y los que se pierden podría o no mejorar.

</blockquote>

[9] También quiero agradecer a William por estimular la discusión de esta respuesta.