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Consejos para los apologistas cristianos europeos

Summary

Consejos para los apologistas cristianos europeos iniciantes.

En 1983, cuando Alvin Plantinga impartió su conferencia inaugural en la cátedra Profesor John O'Brien de Filosofía en la Universidad de Notre Dame, él escogió como su tema “Consejos para los Filósofos Cristianos”. Hoy, he escogido como mi tema el relacionado, pero de alguna manera, más limitado tema, “Consejos para los Apologistas Cristianos”, más específicamente para los apologistas cristianos europeos.

Pues bien, algunos de ustedes se pudieran estar preguntando: “¿Quién se cree usted, un estadounidense, para darnos consejos?” Plantinga confrontó una pregunta similar y proporcionó la mejor forma para lidiar con ella. Él respondió, “buena pregunta. Pretendo confrontarla como alguien correctamente debería confrontar las buenas preguntas para las cuales no se sabe la respuesta: la voy a ignorar”. Y yo también voy a hacer lo mismo. Sólo quiero asegurarles que los consejos que pretendo dar, a pesar de estar dirigidos, brotan de un profundo sentido de responsabilidad para Europa y estoy unidos con ustedes en la tarea que tenemos en común.

Es parte del objetivo de esta conferencia despertar un movimiento de apologética cristiana en Europa, teniendo en vista recuperar el territorio intelectual que se ha perdido para Cristo, para así remodelar la vida intelectual europea de una forma que cambie la Weltanschauung cristiana y la convierta en una alternativa intelectual viable para los hombres y mujeres europeos educados de hoy. La tarea es difícil. De hecho, es una tarea temerosa. Algunos pueden hasta decir que esa es una tarea sin esperanza. Pero como servimos a un Dios para quien nada es imposible (Mateo 19.26) y como esta es la visión que nos inspira y esta es la tarea ante nosotros, ¿cuál es la mejor manera de abordarla?

Antes de que podamos responder esa pregunta, necesitamos tener alguna noción del desafío que enfrentamos. En general, la cultura europea es profundamente pos-cristiana. Ese es el producto de la Ilustración, la cual introdujo en la cultura europea el fermento del secularismo que ahora está infiltrada en todo. La característica principal de la Ilustración era el “pensamiento libre”, o sea, la búsqueda del conocimiento solamente por medio de la razón humana, libre de cualquier impedimento. A pesar de que eso, de ninguna manera, sea inevitable, que tal búsqueda lleve a conclusiones no cristianas y a pesar de la mayoría de los pensadores de la ilustración originales hasta fuese teísta, el impacto avasallador de la mentalidad ilustrada es que los intelectuales europeos no consideran posible el conocimiento teológico. La teología no es una fuente de conocimiento genuino y, por lo tanto, no es Wissenschaft o ciencia. La razón y la religión están en desacuerdo una con la otra. La imagen del mundo que emerge de las ciencias genuinas es una imagen completamente naturalista. La persona sigue la búsqueda de la razón con firmeza en dirección a su fin seraa atea o, en la mejor de la hipótesis, agnóstica.

En la Europa oriental, el secularismo de la Ilustracion fue reforzado por la crítica marxista de la religión. Mientras los europeos orientales se habían mantenido escépticos en relación a la descripción marxista positiva del hombre y de la sociedad (es difícil creer en las virtudes de la dictadura del proletariado cuando se tiene que esperar 17 annos para comprar un miserable Trabant), ellos auun creían en gran parte la crítica marxista negativa de la creencia religiosa, que fue inculcada a generaciones de alumnos por doctrinadores del estado. A las personas que se rehusaban a creerla simplemente se le negaba la enseñanza superior, lo cual tuvo el efecto de aprisionar a los cristianos en la clase [social] inculta e inferior.

Hay muchas corrientes contrarias al racionalismo ilustrado en el pensamiento europeo—se pudiera pensar del romanticismo, por ejemplo—, pero ellas no son más amigables al cristianismo que el proyecto de la ilustración. De hecho, esas corrientes habían, a veces, servido para ofrecer una religión mística, panteísta y natural como alternativa al teísmo tradicional, para que los deseos religiosos individuales, los cuales el racionalismo ilustrado tendía a tratar con desdén, no quedasen sin ser cumplidos.

En el escenario actual, el autoproclamado “posmodernismo” es uno de eso movimientos. La ilustración está asociada con la edad moderna, dominada por la ciencia y la tecnología y, por eso, también se le llama “modernidad”. El posmodernismo rechaza la suficiencia total de la razón humana, defendida por el pensamiento libre. A primera vista, eso pudiera parecer una evolución bienvenida por los cristianos, cansados de siglos de ataques por los racionalistas de la Ilustración. ¡Pero, en este caso, la cura resulta peor que la enfermedad! Pues los posmodernistas niegan que existan normas de la lógica universal, la racionalidad y la verdad. Esta declaración es incompatible con la idea cristiana de Dios, quien, como Creador y Sustentador de todas las cosas, es una realidad objetiva existente y que, como un ser omnisciente, tiene una perspectiva privilegiada sobre el mundo, comprendiendo el mundo como él es en la unidad de su intelecto. Por lo tanto, existe una unidad y objetividad en la verdad que es incompatible con el posmodernismo.

Los posmodernistas, por lo tanto, muchas veces consideran su tarea como implícitamente anti-teológica. Por ejemplo, el crítico literario Roland Barthese escribió,

“Darle a un texto un Autor es imponerle un seguro, proveerlo de un significado último, cerrar la escritura […]Por eso mismo, la literatura, al rehusar la asignación al texto (y al mundo como texto) […] un sentido último, se entrega a una actividad que se podría llamar contra-teología, revolucionaria en sentido propio, pues rehusar la detención del sentido, es, en definitiva, rechazar a Dios y a sus hipóstasis, la razón, la ciencia, la ley”.

Por lo tanto, el posmodernismo no es más amigable a las afirmaciones de la verdad del cristianismo que el racionalismo ilustrado. El cristiano es reducido a sólo una voz en la cacofonía de las afirmaciones rivales, ninguna de las cuales es objetivamente verdadera.

En todo caso, el racionalismo ilustrado está tan arraigado en la vida intelectual europea que esas corrientes anti-racionalistas, como el romanticismo y el posmodernismo, están condenadas, pienso yo, a ser meras modas pasajeras. Y, a fin de cuentas, nadie adopta la visión posmodernista de textos literarios al leer textos como rótulos de remedio o como caja de veneno de rata. Evidentemente, sólo ignoramos el significado de esos textos objetivos poniendo en riesgo nuestras vidas. En el final, las personas termina siendo subjetivistas sólo sobre la ética y la religión, y no sobre los asuntos que la ciencia puede probar. Más eso no es el posmodernismo, sino nada más que el racionalismo ilustrado clásico—es el viejo modernismo con un disfraz de moda nueva.

Entonces, el secularismo que se originó en la Ilustración moldea la vida europea, y especialmente la academia europea. A pesar de que la gran mayoría de los europeos mantiene la afiliación nominal con el cristianismo, solamente cerca de 10% son creyentes practicantes y menos de la mitad de ese 10% es evangélica en su teología. La tendencia más impresionante en la afiliación religiosa europea es el crecimiento de los considerados “arreligiosos” que efectivamente era 0% de la población en 190 a más de 22% hoy en día. Sin lugar a duda, el porcentaje de personas arreligiosa sería todavía mayor entre aquellos en la vida académica.

Menciono la vida académica porque la institución más importante en moldear la cultura occidental es la universidad. Es en la universidad donde nuestros futuros líderes políticos, nuestros reporteros, nuestros abogados, nuestros profesores, nuestros ejecutivos de empresas, nuestros artistas serán formados. Es en la universidad donde ellos formulará o, más probablemente, simplemente observarán la cosmovisión que moldeará su vida. Y, una vez ellos sean los líderes y formadores de opinión que moldean nuestra cultura, la cosmovisión que ellos absorbieron en la universidad será aquella que moldeará nuestra cultura. Si cambiamos la universidad, nosotros cambiamos nuestra cultura por medio de aquellos que moldean la cultura. Si la cosmovisión cristiana puede ser restaurada a un lugar de prominencia y respecto en la universidad, ella tendrá un efecto leudante en toda la sociedad.

¿Por qué eso es importante? Simplemente porque el evangelio no se oye en aislamiento. Él siempre se escucha contra el trasfondo del medio cultural en el cual uno vive. Una persona criada en un ambiente cultural en el cual el cristianismo todavía sea visto como una opción intelectualmente viable, esa persona demostrará una apertura hacia el evangelio, la cual una persona secularizada no hará. ¡Pedirle a la persona secular a creer en hadas o duendes talvez sea la misma cosa que pedirle a creer en Jesucristo! O, para dar una ilustración más realista, es como un devoto del movimiento Hare Krishna yendo hacia usted en la calle e invitarle a creer en Krishna. Tal invitación nos parecería algo extraño, peculiar y hasta gracioso. Pero para las personas en Bombay (Mumbai), la invitación, supongo yo, parecería algo bastante razonable y motivo de reflexión. Me temo que los evangélicos parecen casi tan extraños para las personas en las calles de Bonn, Estocolmo o Paris al igual que también los devotos de Krishna.

Es por esta razón que los cristianos que desprecian el valor de la apologética porque "nadie viene a Cristo por medio de argumentos intelectuales" son muy miopes. El valor de la apologética va mucho más allá del contacto evangelístico inmediato. La tarea más amplia de la apologética cristiana es ayudar a crear y a sustentar un medio cultural en el que el evangelio pueda ser oído como una opción intelectualmente viable para los hombres y mujeres pensantes. El gran teólogo de Princeton J. Gresham Machen declaró correctamente,

Las ideas falsas son los mayores obstáculos para la recepción del evangelio. Podemos predicar con todo el fervor de un reformador y auun así sólo tener éxito en ganar una batalla rezagada aquí y allá, si permitimos que todo el pensamiento colectivo de la nación sea controlado por ideas que impidan al cristianismo ser considerado no más que una falsa ilusión inofensiva. Sobre esas circunstancias, lo que Dios desea que hagamos es destruir el obstáculo desde su raíz.

La raíz del obstáculo se encuentra en la universidad y es allá que debe ser atacada.

Pero eso implica que la apologética de nivel popular, que tiene el objetivo de alcanzar las masas, no funcionará. Solamente la apologética del nivel académico intencionada para los especialistas en varias disciplinas académicas podrá cambiar la universidad y, así, garantizar un cambio cultural duradero. Machen observó que muchas personas “preferirían que los seminarios combatiesen el error según es enseñando por sus exponentes populares”, en vez de confundir a los alumnos “con un monte de nombres alemanes desconocidos fuera de los muros de la universidad”. Por eso, insistió Machen, con el método académico de procedimiento,

… está basado simplemente en una creencia profunda en la difusión de las ideas. Lo que hoy es motivo de especulación académica empezará mañana a mover ejércitos y a destruir imperios. En esa segunda fase, ya ha ido demasiado lejos para combatirla; el tiempo de detenerla fue cuando todavía era un debate apasionado. Así que, como cristianos debemos tratar de moldear el pensamiento del mundo de tal manera que la aceptación del cristianismo sea algo más que un absurdo lógico.

Así, paradójicamente, los libros de apologética más efectivos no serán los libros de apologética. Al contrario, serán obras como: The Nature of Necessity [La Naturaleza de la Necesidad] de Alvin Plantinga, The Logic of God Incarnate [La Lógica del Dios Encarnado] de Thomas Morris y The Book of Acts in the Setting of Hellenistic History [El Libro de los Hechos dentro del Marco de la Historia Helenista] de Colin Hemer.

Entonces podemos preguntar, ¿qué están haciendo los evangélicos europeos para ganar este debate académico y así cambiar la universidad? Pues bien, francamente la respuesta debería ser: de hecho, muy poco. Con la notable excepción de Gran Bretaña y, en menor medida, Alemania, Europa produjo pocos académicos evangélicos excepcionales. Los académicos evangélicos que existen tienden a ser peces grandes en un lago pequeño. Su influencia se extiende muy poco más allá de la subcultura evangélica. Ellos enseñan, en gran parte, en escuelas bíblicas y seminarios evangélicos y no en universidades. Ellos tienden a publicar en editoras evangélicas, de modo que sus trabajos permanecen en gran parte intocados por los estudiosos no evangélicos, en vez de participar de las sociedades profesionales tradicionales, ellos las evitan a favor de conferencias evangélicas. Como consecuencia de eso, su luz está puesta debajo de un almud, ellos tienen poco efecto leudante para la causa del evangelio en sus campos profesionales y el efecto que entumece el secularismo sobre la cultura general en general continúa descontrolado.

Necesitamos desesperadamente de académicos evangélicos en Europa que puedan competir con los académicos seculares en el mismo nivel de investigación. Charles Malik, ex-embajador Libanés en los Estados Unidos, en su discurso en la inauguración del Centro Billy Graham en Wheaton, Illinois. Malik alertó a los cristianos estadounidenses del peligro del anti-intelectualismo. Él preguntó incisivamente,

¿Quién de entre los evangélicos puede levantarse ante los grandes eruditos seculares, naturalistas o ateos en sus términos de erudición? ¿Quién entre los eruditos evangélicos es citado por las grandes autoridades seculares como una fuente normativa en historia, filosofía, psicología, sociología o política? ¿Tiene el pensamiento evangélico la más mínima oportunidad de convertirse en el pensamiento dominante en las grandes universidades de Europa y América que sellan nuestra civilización con su espíritu e ideas?

Malik continuó diciendo,

Requerirá un espíritu totalmente diferente el vencer este gran peligro del anti-intelectualismo. Por ejemplo, digo que este espíritu diferente, en lo que concierne solamente a la filosofía - el campo más importante para el pensamiento e intelecto -, debe ver el enorme valor de pasar un año entero sin hacer otra cosa que estudiando minuciosa e intensivamente la República o el Sofista de Platón, o dos años estudiando minuciosamente la Metafísica o Etica de Aristóteles, o tres años con la Ciudad de Dios de Agustín. Pero si se empieza ahora en un programa intensivo en este y otros campos, llevará por lo menos un siglo alcanzar a los de Harvard, Tubinga y La Sorbona - y para entonces, ¿dónde estarán estas universidades? Por motivo de una mayor eficacia en el testimonio de Jesucristo y, para su propio bien, los evangelicos no pueden darse el lujo de continuar en la periferia de la existencia intelectual responsable

Esas palabras pegan como golpe de martillo. Los evangelicos europeos, como sus hermanos americanos, han vivido en gran parte en la periferia de la existencia de la responsabilidad intelectual. Si la universidad y, como consecuencia, la cultura europea ha de ser cambiada, los evangelicos europeos necesitan volver a involucrarse intelectualmente.

¡Eso se puede lograr! Por ejemplo, en los uultimo cuarenta annos estaa en curso una revolución en el mundo anglo-americano en el campo de la filosofía. Desde el final de la década del 1960, filósofos cristianos han estado saliendo del armario y defendiendo la verdad de la cosmovisión cristiana con sofisticados argumentos filosóficos en las mejores publicaciones y sociedades seculares. Como resultado, el rostro de la filosofía americana fue transformado.

Cincuenta años atrás, filósofos ampliamente reconocidos consideraban que discusiones sobre Dios como literalmente sin sentido, pura algarabía, pero hoy, ningún filósofo suficientemente informado podría adoptar tal punto de vista. De hecho, hoy en día muchos de los mejores filósofos de América son abiertamente cristianos.

Para darle una nocion del impacto de esta revolución, déjeme citar extensamente un artículo que fue publicado en la revista Philo, lamentando lo que el autor llamó “la de-secularización del mundo académico que evoluciona en los departamentos de filosofía desde el final de la década del 1960”. El autor, él mismo un prominente filósofo ateo, escribe:

Para la segunda mitad del siglo XX, las universidades […] se habían, en gran parte, secularizado. La posición […] estándar en cada campo […] asumía o implicaba argumentos a favor de una cosmovisión naturalista. Los departamentos de teología o religión tenían como objetivo entender el significado y los orígenes de los escritos religiosos, no de desarrollar argumentos en contra del naturalismo. Los filósofos analíticos […] trataban el teísmo como una cosmovisión anti-realista o no cognitivista, exigiendo la realidad, no de una deidad, sino meramente de las expresiones emotivas o de ciertas “formas de vida” [….]

Esto no es decir que ninguno de los eruditos en los diferentes campos académicos eran teístas realistas en sus “vidas privadas”, sino que los teístas realistas, en general, excluían su teísmo de sus publicaciones y enseñanza, en gran parte debido a que al teísmo […], principalmente, se le consideraba tener un estatus epistémico bajo que no cumplía con los estándares de una posición “académicamente respetable”. La secularización de la academia de la corriente principal comenzó a deshacerse rápidamente después de la publicación del libro influyente de Plantinga, God and Other Minds [Dios y Otras Mentes], en 1967. Se le hizo evidente a la profesión filosófica que este libro mostraba que los teístas realistas no estaban superados por los naturalistas en términos de los estándares más valorados de la filosofía analítica: precisión conceptual, rigor en la argumentación, erudición técnica y una defensa a profundidad de una cosmovisión original. A este libro, seguido siete años después por el libro aún más impresionante de Plantinga, The Nature of Necessity [La Naturaleza de la Necesidad], lo cual hizo evidente que un teísta realista estaba escribiendo al más alto nivel cualitativo de la filosofía analítica, en el mismo campo de juego de Carnap, Russell, Moore, Grünbaum y otros naturalistas […].

Los naturalistas observaron pasivamente como las versiones realistas del teísmo, la mayoría influenciadas por los escritos de Plantinga, comenzaron a expandirse por toda la comunidad filosófica, hasta hoy tal vez un cuarto o un tercio de los profesores de filosofía son teístas, con la mayoría de ellos siendo cristianos ortodoxos. A pesar de que muchos teístas no trabajan en el área de la filosofía de la religión, hay tantos de ellos que realizan trabajo en esa área que hasta ahora existen más de cinco revistas filosóficas dedicadas al teísmo o a la filosofía de la religión. Por ejemplo, Faith and Philosophy [La Fe y la Filosofía], Religious Studies [Estudios Religiosos], International Journal of the Philosophy of Religion [Revista Internacional de la Filosofía de la Religión], Sophia [Sofía], Philosophia Christi [Filosofía Cristi], etc. Philosophia Christi inició a finales de la década del 1990 y ya tiene una inmensa cantidad de contribuciones de filósofos destacados.

[…] los teístas en otros campos tienden a comparmentalizar sus creencias teístas en su trabajo académico; rara vez asumen y nunca argumentan a favor del teísmo en su trabajo académico. Si lo hicieran, estarían cometiendo un suicidio académico o, más preciso, sus artículos serían inmediatamente rechazados. [...] Pero en la filosofía, argumentar a favor del teísmo se convirtió, casi de la noche a la mañana, en algo “académicamente respetable”, haciendo de la filosofía un campo favorecido de entrada para la mayoría de los teístas más inteligentes y talentosos que ingresan a la academia hoy en día. Un conteo mostraría que en el catálogo 2000-2001 de la Editorial Universitaria de Oxford, hay 96 libros de filosofía de la religión publicados recientemente. […] En contraste, hay 28 libros […] de filosofía del lenguaje, 23 de epistemología (incluyendo la epistemología religiosa, como Warranted Christian Belief [La Creencia Cristiana Garantizada] de Plantinga), 14 de metafísica, etc. […].

“Dios no está “muerto” en la academia. Él regresó a la vida a finales de la década del 1960 y ahora está con vida y bien en su última fortaleza académica, los departamentos de filosofía”.

Este es el testimonio de un filósofo ateo prominente acerca del cambio que sucedió ante sus ojos en la filosofía angloamericana. Pienso que él probablemente está exagerando cuando estima que de un cuarto a un tercio de los filósofos estadounidenses son teístas; pero lo que sus estimados sí revelan es el impacto percibido de los filósofos cristianos en este campo. Como el ejército de Gedeón, una minoría comprometida de activistas puede tener un impacto de gran proporción a sus números. El error principal que comete Smith es llamar a los departamentos de filosofía la “último fortaleza” de Dios en la universidad. Al contrario, los departamentos de filosofía son “cabeceras de puentes” o bases, de donde las operaciones se pueden lanzar para impactar otras disciplinas en la universidad para Cristo. De hecho, pienso que ya estamos viendo el efecto rebosante en áreas como las ciencias naturales, donde un diaalogo entre la ciencia y la religión estaa aconteciendo y los defensores del llamado “Diseno Inteligente” están causando problemas.

El punto es que la tarea de la de-secularizacion no es sin esperanza ni imposible, tampoco hace falta que demore más tiempo de lo que uno piensa para que se lograr cambios significativos. Esta clase de erudición cristiana es la que representa la mejor esperanza para la transformación de la cultura que Malik y Machen imaginaron, y su verdadero impacto para la causa de Cristo solamente será sentida en la próxima generación, a medida que ella se filtre en la cultura popular.

He dicho todo esto relacionado al desafío que nos confronta. ¿Cuáles consejos, entonces, yo pudiera dar a quienes Dios ha dado la tarea increíble de convertirse en apologistas cristianos en Europa? Permítame ser muy práctico.

1. Debe dominar el idioma inglés. Para mejor o peor, el simple hecho es que la mayoría de la literatura apologética de importancia de hoy en día está en inglés. Además de eso, parte de esa literatura es altamente técnica y difícil de leer, incluso para una persona nativa. Los escritos de Alvin Plantinga son un recurso de importancia especial. Si su inglés débil, las cantidades enorme de obras importantes estarán cerradas para usted.

Probablemente la mejor cosa que usted puede hacer para mejorar su inglés es pasar varios meses en un país de habla inglesa. Para los europeos, Gran Bretana es la elección más obvia. Procure oportunidades de estudiar, talvez, durante un verano en una universidad o una escuela superior (college) británica.

2. Usted necesita tomar una fuerte dosis de filosofía analítica. La filosofía analítica es el tipo de filosofía que predomina en el mundo anglófono. Este estilo de filosofar se contrasta tajantemente con la filosofía continental. En tanto que la filosofía continental tiende a ser obscura, imprecisa y emotiva, la filosofía analítica pone gran valor y énfasis en la claridad de las definiciones, un delineamiento cuidadoso de las premisas, y una exactitud lógica de argumentación. Desafortunadamente, la teología tiende a seguir el ejemplo de la filosofía continental, la cual tiende a resultar en tinieblas sobre tinieblas. La experiencia del renacimiento de la filosofía angloamericana de la religión por los últimos 40 años ha mostrado que los temas apologéticos importantes pueden ser brillantemente iluminada gracias al análisis filosófico. Richard Swinburne, profesor emérito Nolloth de filosofía de la religión cristiana en la Universidad de Oxford ha escrito:

Es una de las tragedias intelectuales de nuestra época que, mientras que la filosofía en países de habla inglesa ha desarrollado altos estándares de argumentación y raciocinio claro, el estilo de la escritura teológica ha sido grandemente influenciado por la filosofía continental del existencialismo, la cual, a pesar de sus otros méritos considerables, se ha distinguido por un estilo de argumento muy inexacto y desordenado. Si el argumento tiene un lugar en la teología, la teología a gran escala necesita argumentación clara y rigurosa. Ese punto lo entendieron bien Tomás de Aquino, Duns Scotus, Berkeley, Butler y Paley. Ya es hora de que la teología regrese a sus estándares.

Al emplear los altos estándares/patrones de raciocinio característicos de la filosofía analítica, podemos formular poderosamente argumentos apologéticos, tanto para elevar como para defender la cosmovisión cristiana. En las uultimas décadas, los filósofos analíticos de la religión han presentado una nueva perspectiva de la racionalidad y la garantía de la creencia religiosa, sobre argumentos a favor de la existencia de Dios, sobre los atributos divinos como la necesidad, la eternidad, la omnipotencia, la omnisciencia y la bondad, sobre el problema del mal y del sufrimiento, sobre la naturaleza del alma y de la inmortalidad, sobre el problema de los milagros, incluso sobre las doctrinas peculiarmente cristianas como la Trinidad, la encarnación, la expiación, el pecado original, la revelación, el infierno y la oración. Simplemente no puedo describirles la riqueza de materiales que hay ahí afuera producidos por filósofos analíticos de la religión es sorprendente.

Si usted quiere hacer apologética de manera eficaz, necesita entrenarse en la filosofía analítica. Y digo esto aun si su área de especialización no es la apologética filosófica. Supongamos que usted opte por especializarse en la apologética científica o histórica. El hecho es que algunos de los temas más importantes con los que usted se va a enfrentar serán preguntas que se levanten de la filosofía de la ciencia o la epistemología. Una y otra vez, veo a científicos y eruditos del Nuevo Testamento haciendo inferencias defectuosas o proveniente de presuposiciones no analizadas por causa de su ingenuidad filosófica. Cualquiera que sea su área de especialización, usted estará mejor equipado como apologista si ya ha tenido una formación en la filosofía analítica.

Usted puede comenzar haciendo un curso o leer con cuidado un manual de lógica de primer orden. En seguida, lea un libro completo sobre lógica modal, la lógica de la posibilidad y necesidad. Hay también buenas introducciones a la filosofía analítica que usted puede consultar. Por último, comience a leer filosofía de la religión analítica. Un buen texto introductorio que aplique las perspectivas de la filosofía analítica a la apologética es Reason for the Hope Within [Razón para la esperanza que hay dentro de nosotros], editado por Michael Murray (Wm. B. Eerdmans, 1999). Una buena herramienta de referencia es el libro de Philip Quinn y Charles Taliaferro, A Companion to Philosophy of Religion ([Manual de filosofía de la religión] Blackwell, 1997); usted también puede consultar los artículos en la Encyclopedia of Philosophy [Enciclopedia de filosofía] publicada por Routledge. Hay una abundancia de excelentes antologías en filosofía de la religión— por ejemplo, la guía que recientemente edité para la editora de la Universidad de Edimburgo con el título Philosophy of Religion [Filosofía de la religión] (2002).

3. Obtenga un doctorado en su área de especialización. Esto pudiera no pudiera ser un consejo muy bienvenido. Pero la apologética popular por sí sola no lo logrará. La apologética popular puede influenciar a los no educados, pero no cambiará las estructuras de pensamiento predominantes de la sociedad.

Para transformar la cultura, tenemos que cambiar la universidad. Para cambiar la universidad, tenemos que hacer apologética academica. Para cambiar la apologética academica, tenemos que obtener doctorados. Así de simple.

No será fácil. Las estructuras de poder en las universidades europeas son muchas veces profundamente anticristianas. Los estudiantes que son cristianos evangélicos serán eliminados al negarles los títulos o el puesto profesoral. Habrá, y ya ha habido, víctimas de discriminación anticristiana en el proceso. Esos hermanos humillados son verdaderos mártires intelectuales para la causa de Cristo y mi corazón se hace parte de ellos. Pero con el tiempo, más y más de nosotros lo lograremos. En los Estados Unidos, los programas de posgrado en filosofía están inundados con estudiantes cristianos que gradualmente pasan por el sistema. Las licenciaturas en filosofía están inundadas de estudiantes cristianos tratando de ascender gradualmente a través del sistema. A medida que la vieja guardia muera y los jóvenes cristianos filósofos sean empleados en sus lugares, el rostro de la universidad cambiaraa. Lo que Thomas Kuhn dice de las revoluciones científicas también se aplica a las revoluciones cristianas: cada vez se lleva a cabo un funeral. Eso puede ocurrir en Europa también. Sea paciente. Sea persistente. Ore. El cambio vendraa.

Pues bien, sé que para algunos de ustedes, la oportunidad de hacer un estudio doctoral ya pasoo. En su caso, les aliento a que estén pendientes de estudiantes más jóvenes a los que puedan orientar a entrar en programas de doctorado. Por otra parte, si tiene menos de 35 años, esa oportunidad todavía es una opción realista que le insto a analizar. Las llaves del éxito serán, en primer lugar, escoger un tema de tesis el cual le apasione, y, en segundo lugar, encontrar un mentor en una universidad secular que estee, al menos abierto al tema de su tesis. Es posible que usted tenga que escribir un tema más neutro del que le gustaría para no levantar oposición a su candidatura. Por ejemplo, mi tesis doctoral de la resurrección de Jesús era principalmente una historia de la apologética histórica a favor de la resurrección. Una vez que tuve el diploma en mis manos, entonces publiqué como un segundo volumen los cientos de páginas que había escrito de mi propia apologética histórica a favor de la resurrección.

Espero que muchos de ustedes vayan a considerar seriamente el trabajo de doctorado en algún campo especializado como parte integral de su vocación apologética.

4. Tenga pendiente su formación espiritual personal. No siempre estoy entusiasmado de conocer a un estudiante que me dice que quiere volverse un apologista cristiano. A veces, uno detecta que lo que el estudiante quiere realmente es ser el centro de atención y obtener la gloria. O puede ser que él tenga un espíritu de contención o arrogancia. O tal vez un deseo de que se le reconozca por otros, para compensar un sentimiento de inferioridad personal. Por supuesto que somos personas caídas y que ninguno de nosotros tiene motivos que sean completamente puros. Pero es vitalmente importante que, como representante de Cristo ante el público, el apologista cristiano sea una persona que se ponga de rodilla para pasar tiempo con Dios, que dependa diariamente de la llenura del Espíritu Santo para vivir una vida agradable y aceptable a Dios. El debe buscar la gloria de Cristo y la suya propia. Él debe estar abierto a criitica y dispuesto a ver sus propias deficiencias. Se él es casado, él no debe poner su ministerio o estudio ante de su familia, sino, al contrario, estar preparado a desistir de sus estudios y ministerio, si es necesario, para el bien de aquellos a quien él ama. Él debe protegerse contra el pecado, en especial del pecado sexual, tanto en pensamiento como en acción, de modo que no deshonre a Cristo. Él debe aprender lo que significa no sólo hacer cosas para Dios, sino a ser la persona que Dios quiere que él sea.

Si no aprendemos a ser quien Dios quiere que seamos, todos nuestros logros serán como madera, paja y rastrojo. Nuestra formación espiritual es, por lo tanto, de importancia tan vital tanto como nuestra formación academica y como la apología cristiana.

Revisando lo que dije, el consejo mío para ustedes como apologistas cristianos europeos es: (1) domine el idioma inglés; (2) toma una dosis fuerte de filosofía analítica; (3) obtenga un doctorado en su área de especialización; y (4) esté pendiente de su formación espiritual personal. También me gustaría instarle a formar parte de una comunidad de académicos de pensamiento común. En los uultimos tres annos, servi como presidente de la Sociedad Filosofica Evangelica [Evangelical Philosophical Society], una sociedad recientemente revitalizada de filósofos evangelicos. Nuestra lista de miembros cuenta con más 1,100 personas. Nuestra revista Philosophia Christi es la única revista evangélica de filosofía en el mundo y estaa emergiendo como una de las revistas principales en la filosofía de la religión. Es un tremendo recurso para aquellos que estén involucrados en la apologética cristiana. Estamos ansiosos de establecer grupos en varios países europeos y nos gustaría invitarle a formar parte.

Pienso que Europa puede ser transformada. Estoy animado con el despertar de un nuevo movimiento que he visto en Europa, del cual esta conferencia es sólo una indicación. ¡Qué Dios levante una fuerza poderosa de hombres y mujeres empeñados en transformar la universidad europea y, consecuentemente, la cultura europea de tal forma que el evangelio pueda ser nuevamente escuchado en todo su poder, capaz de transformar vidas.

Notas

Quentin Smith, “The Metaphilosophy of Naturalism”, Philo 4/2 (2001)